miércoles, 13 de enero de 2010

"No existe una política clara de ..."


Es una de las frases que más se ha oído esta semana. La cantaleta suena así "no existe una política clara de manejo de recursos naturales", "no existe una política clara de manejo de conflictos sociales, "no existe una política clara de precios de combustibles", "no existe una política clara de defensa del patrimonio", "no existe una política clara de educación escolar", "no existe una política clara de seguridad", "no existe una política clara de lucha contra el narcotráfico", "no existe una política clara de manejo del INPE" y un largo etcetera.


Es que en los últimos días no parece que exista una política clara de nada en el país, hacemos agua por todas partes y la frase "no existe una política clara de ..." se ha vuelto un lugar común entre los titulares, opiniones, entrevistas y análisis.


Esta expresión, sin embargo, nos está indicando que la crisis del modelo de gobierno del país empieza a tocar fondo, pues estamos navegando nuestra historia únicamente sobre la base de la economía y dentro de ella apostando por un modelo de economía de libre mercado, consagrado en la constitución y que justamente evita o entorpece la proliferación de políticas públicas claras y coordinadas en las materias de gobierno. Ahondando más en esto, está claro que, no tenemos tampoco un norte como país con un mínimo de consenso entre los actores políticos nacionales ¿El acuerdo nacional no ha sido suficiente?


Por otro lado, los partidos políticos, disminuidos en la década del noventa en la misma que se encumbró la economía de libre mercado, han renunciado a pensar el país, a plantear alternativas de gobierno y a elaborar estas políticas de Estado que respondan a los problemas actuales del País.


Y es que pasamos de un Estado planificador y centralizado como el de los inicios de los años 70's con las reformas velazquistas a un Estado libre de intervención estatal y con poca o muy limitada "regulación", entonces, todo lo que hoy nos ocurre es falta de miradas de largo plazo y de planificación estratégica nacional. Hasta el día de hoy, seguimos en muchos casos, sustentando nuestro crecimiento de insfraestructura y otros sectores en estudios realizados en los años 70's y algo de los 80's, puesto que no se ha pensado el país de forma ordenada en las últimas dos décadas.


Sin embargo, el que no exista un política clara en ninguna materia no significa que tácitamente esta no exista, es decir, en realidad sí existe una política clara y esa política es la de "dejar hacer", en términos económicos significa dejar que la mano invisible del mercado ordene a los actores a tomar decisiones de tal forma que al final todos salen beneficiados (en la teoría). Entonces, sí existe una política clara, la de un pragmatismo de dejar en total libertad al accionar de los individuos pues esto abundará en la mejora colectiva de todos,¿Está dando resultados positivos esta política tácita hasta nuestros días?.


Está muy claro que después de la década de los ochenta el desencanto por la política y la ideología hemos devenido en un país altamente pragmático en todos los aspectos de nuestro gobierno, nuestra historia, incluso nuestra propia vida individual. Hemos dejado de lado los significados y el colectivo y preferimos tomar las decisiones de nuestra vida basados en una suerte de análisis costo beneficio permanente. Así, el espacio de la política y el consenso se hace estrecho o prácticamente inexistente ya que nadie quiere apostar de por vida por un proyecto conjunto o de un proceso de largo plazo como es la construcción o reforma de partidos políticos nacionales.


Así, quizás, la razón de que no exista un política clara de nada es nuestra filosofía de vida como país en estas dos últimas décadas expresada en un excesivo pragmatismo tanto individual como colectivo. Si ahora, la opinión general parece virar hacia elaborar hojas de ruta o políticas de largo plazo sea un signo de que las cosas pueden empezar a mejorar y tener un punto de vista menos radical con respecto al valor del pragmatismo social e individual y demos nuevamente el lugar que le corresponde a proyectos colectivos y de largo plazo, sobretodo a la política como medio para lograr la mejora de la sociedad en su conjunto.