domingo, 23 de noviembre de 2008

SANTIAGO de Yuyachkani

Hace unos días fui a ver la obra Santiago de Yuyachkani, es la primera obra que veo de este grupo de teatro nacional. Siempre estuve muy interesado en su trabajo y apreciar sus obras ya que habia leido varios comentarios en los periódicos. Así que debo decir que tenía muchas expectativas de esta obra y no salí de verla decepcionado por el contrario muy sorprendido y satisfecho.

Al ingresar al local Yuyachkani sentí algo parecido a lo que uno percibe cuando ingresa a un recinto sagrado, fue como si estuviera entrando en un templo. Los afíches de la casa nos hablan de múltiples encuentros de grupos de teatro y las paredes lucen adornadas de fotos de estos encuentros en donde participaron junto con otros grupos. La efigie de Santiago presidia el centro del segundo ambiente, el mata moros sentado en su caballo blanco con una larga capa mientras que el corcel pisa a un moro que trata de cubrirse tirado en el suelo.

Antes de ingresar al ambiente donde se desarrollará Santiago, una persona nos indica que la obra tratará sobre la memoria, pues se trata de mantener la memoria de lo que paso en la época de la violencia de los 80's y 90's, y que trataremos con ello guardar la memoria de nuestro país, no por algo Yuyachkani quiere decir "estoy pensando"; "estoy recordando".


La primera impresión que tengo al ingresar al recinto es de respirar un ambiente denso, otros ya han dicho que parte de nuestra identidad como peruanos es la densidad de nuestro hablar, quizás como consecuencia de tener una historia muy antigua cargamos con ella en nuestras formas de comunicarnos. La segunda impresión es la producida por los largos diálogos en quechua y un cuestionamiento surge entre los asistentes: "somos peruanos y no sabemos hablar quechua". La tercera impresión que percibo es la música, son impresionantes los sonidos que calan en lo profundo del alma y que limpian el espíritu.

La historia de Santiago es la de los tres últimos habitantes de un pueblo en los andes del Perú que deciden sacar en andas al Apóstol Santiago luego de quince años de no haberlo hecho, luego de quince años de violencia y muerte, lo hacen buscando que dicho acto pueda hacer volver a los seres queridos perdidos en aquellos años, buscando acaso perpetuar el orden impuesto por los patrones ó quizas también buscando liberarse de ocupar siempre el lugar del oprimido.

Se dice que el culto a Santiago tiene algo de sincrético con el culto a Illapa el dios trueno que tomó forma cristiana a la llegada de los españoles. Se dice lo mismo del culto al señor de los milagros con el culto a Pachacamac como lo ha planteado Maria Rostworowski. Entonces la obra nos muestra la lucha de los personajes tratando de sacar al patrón en procesión pero existe un problema, no está el moro, así en una parte de la obra se nos da a entender que el moro es, en esta parte del mundo, el indio y que ahora se rebela y entabla una lucha con Santiago tratando de librarse de su ubicación como oprimido como el que es pisoteado.

Existen también en esta obra "Las encrucijadas de la fe" que tenemos buena parte de nosotros, ¿Es posible creer en un Dios cristiano, de los patrones que a oprimido al indio? ó es que ¿Este nuevo Dios es el mismo que los de antes? ¿En qué idioma le hablaremos a este Dios?. En este punto se da también el ajuste de cuentas con el pasado y los modos en que nos ubicamos para vivir en nuestra historia desgarrada ¿Acaso dentro de nosotros luchan un Santiago y un Indio tratando de reintegrarnos en uno solo?.
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A lo largo de nuestra historia hemos dicho recurrentemente : “La guerra ha terminado, ¿pero cuándo empieza la paz?”, como se interroga uno de los personajes, así hemos vivido los tiempos de violencia hasta hoy nos preguntamos ¿Cuándo llegará nuestra paz? ¿Cuándo encontraremos a los que se perdieron? ¿Cuándo terminaremos de enterrar a nuestros muertos? ¿Cuándo nos reconciliaremos?

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