martes, 10 de noviembre de 2009

Bien que te gusta

Siempre he querido dejar de ser machista, si es que acaso algo puedo hacer para que dicha actitud estúpida desaparesca de nuestra socidad, publico el siguiente artículo de Patricia del Rio.



Bien que te gusta

Por Patricia del Río

María Paola Vargas no solo fue lanzada de una combi. Ese fatídico sábado en el que se encontró atrapada en una custer con una turba de barristas enloquecidos, a ella le ocurrió algo que las mujeres peruanas tenemos que soportar casi todos los días: experimentó el terror de que esos chicos que gritaban a su alrededor no solo le arrebatarían su iPod o su billetera, sino que el robo vendría con agarrada de tetas y culo, con insultos y mañoserías, y si la cosa se ponía fea, con violación o, como fue en su caso, con aventón.

He hecho una rápida consulta entre amigas y conocidas, y todas coinciden en que casi cualquier acto criminal contra una mujer suele derivar en un episodio de agresión sexual. A nosotras nos roban y nos manosean, nos secuestran y nos violan, nos insultan y nos meten la mano. A veces, el toqueteo o las vulgaridades vienen solas, y nos los lanzan como 'piropos’ que, se supone, tendríamos que agradecer. A mí, por ejemplo, me han metido la mano varias veces. Entre las que recuerdo con más rabia está un imbécil que me tocó el poto desde su auto mientras yo montaba bicicleta. Por supuesto que casi me mato cuando caí de cara en la pista. Otra vez me manosearon mientras caminaba por Barranco. Mi agresor resultó ser un niño de ocho años que vendía dulces.

Y no importa si eres joven, vieja, alta, baja flaca o gorda. Tampoco parece relevante el grado de instrucción o edad del mañoso que te toca en gracia. A Pilar, un profesor de la universidad le dijo “flaca, una agarradita; si no, te jalo”. A Rocío, asesora del Congreso, un 'padre de la patria’ le agarró las tetas. A Patricia, mi amiga editora, le dijeron a los 11 años que tenía cuerpo de puta y, a mi prima Fabiola, un compañerito de clase le jaló la tira del recién estrenado sostén y la hizo llorar. A la dulce Doris, tres energúmenos se bajaron de una combi y se la chaparon a la fuerza. A la atlética Stephany le lanzaron “quisiera ser tu calzón para que me mates a pedos”, y a Mónica, que es timidísima, le encajaron el no menos grosero “qué lindo huerto para sembrar mi nabo”. Lo más indignante de esta situación es que los hombres creen que esas manifestaciones nos hacen felices. “Bien que te gusta, de qué te quejas” es el clásico estribillo que nos encajan después de que reclamamos por alguna grosería.

Curiosamente, si estas mismas perlas se las dicen o se las hacen a las madres o hermanas de los graciositos, ahí sí se cae el mundo y quieren matar al que osó ofender a sus chicas. Desde acá les pasamos un dato a los que están levantando la ceja porque este texto les parece una exageración. Pregúnteles a sus madres si caminan confiadas por las calles. Que les cuenten sus hermanas cuánto miedo les da tomar un taxi o subir a una combi repleta de hombres. Pregúnteles a sus hijas cómo se sintieron la última vez que se pusieron una minifalda y no pudieron avanzar una cuadra sin escuchar gritos y silbidos. Piensen, solo por un momento, el terror que sintió María Paola en los últimos minutos que estuvo con vida. Solo piensen.

2 comentarios:

sthefani111 dijo...

¿Cómo es que una mujer se llama JUANA, IVANA, RENATA,JOSEFA, KARLA, PATRICIA, STHEFANI Y NO RICARDA?
Esto no es sarcastico, tampoco quiero hacer mofa de ello, por que estoy metida en un cuerpo de mujer,y se lo que Patricia escribe a mi corta edad.
Ricardo, Dios no sacó a la mujer de la cabeza del hombre por que el no quería que lo dominara, tampoco la sacó de sus piés, pués no debía ser pisoteada por él, la sacó de su costilla para que esté a su lado de igual a igual...

kristy dijo...

Me alegra que tu siendo hombre publiques este texto...

todo lo que se dice aqui es verdad, yo tambien soy mujer y se siente realmente terrible que una tenga que salir con miedo a la calle o pensar dos veces que se pondra de ropa para que hombres irrespetuosos no nos falten el respeto y peor aun cuando uno sale con su pareja.

Me parece totalmente denigrante que en la cultura peruna o "cultura chicha" una mujer se vea expuesta a tanta groceria a diferencia de paises europeos donde la mujer no es denigrada de esa manera.

Como mujer desearia un dia salir a la calle y no tener que estar cuidandome de que algun hombre sadico pasame por mi lado y tenga deseos de tocarme...